Mi madre celebró su natalicio el 24 de abril pasado. Desde hace mucho quiero escribir sobre ella, los motivos son muchos. Principalmente porque la amo mucho y le dedico este post, ella me reclama que se lo digo menos veces de las quisiera oírlo. Además es uno de las personas más significativas en mi vida, y porque es un PERSONAJE….y no lo digo porque sea mi mami. Tengo la convicción que terminaré antes de morir un libro sobre mi familia, uno de los protagonistas más notables será mi mamá. María Cristina Recinos Díaz “de Meléndez”.
Expresarse sobre nuestros padres puede llegar a ser un placer como es mi caso, pero también puede ser doloroso, lleno de rencor, todo dependerá de las circunstancias de la vida en las que nos ha tocado crecer y por ende el tipo de relación que llegamos a tener en nuestra adultez. Quiero y debo escribir sobre las diferentes formas en que los hijos ven a sus padres…pero este punto requiere ser abordado en otro momento. Yo no me quejo y debo agradecer a Dios que mi familia es un pilar, sin duda de las grandes cosas que valoro, amo a todos y cada uno de ellos y esto no quita que tengamos nuestras peleas y diferencias, pero al final del día sabes que podes confiar y están para vos sobre todo en los malos momentos, que para los buenos sobran los hipócritas.
De mi madre podría enumerar una buena cantidad de defectos pero jamás por muchos que sean y es que son muuuchos, pero no pueden opacar la grandeza de la matriarca, su alegría, sus peculiaridades, son dignas de ser inmortalizadas. Espero seguir con post de mi familia en general por ahora me limitaré a relatar una pequeña historia de las muchas que puedo resaltar de la Cristy como siempre le he dicho.
Libra cuatro onzasMaría Cristina trabaja en una que pequeña escuela ubicada en Ayagualo, un cantón de Zaragoza, departamento de la Libertad. Religiosamente viaja en colectivo o por aventón de alguna compañera de clases. El director de la escuela... Ahora Centro Escolar Don Bosco, es sobre quien recae el final de esta historia. Es un personaje de quien no conozco mucho detalle pero de acuerdo a mi madre y en buen salvadoreño es un culero.
El culero director responde al nombre de Keny. Personaje de piel muy morena, prieta, casi negro, de baja estatura, afable panza y bigote. De lo que más resalta en las descripciones de mi madre sobre él es su peculiar voz, según mi mamá es la de un culero chillón constreñido. (Debo aclarar a este punto que respeto mucho a la comunidad homosexual, pero, mi madre NO. Está historia es en base a la forma en que ella se expresa de su jefe, y no estoy seguro si el odio obedece a que sea homosexual o que simplemente sea su jefe. Me limito a relatar de la forma más fiel). Para entender bien el desenlace de la historia volveremos con keny más tarde, antes es menester explicar un asuntito.
Existe una historia muy famosa en mi familia nuclear contada por mi papi. Enuncia una especie de leyenda urbana, que en este caso será leyenda rural porque los hechos suceden en un cantón de Sonsonate. Según mi padre, el tío Carlos un hábil pescador, pero no por virtud propia, los dotes de este no radican en un técnica especifica muy al contrario, supuestamente él tiraba la atarraya al río y se echaba a dormir. Si durante la siesta sentía que una mano -supuestamente de la siguanaba- le tocaba sus partes nobles y le decía la frase “libra cuatro onzas” la pesca era un éxito, de lo contrario no habría suerte en la caza y nada en la mesa ese día.
Básicamente esa es la historia de libra cuatro onzas, no sé quién la invento, si era real o no, la única certeza es que mi tío la popularizo en su familia y mi padre nos la trasmitió. Lo importante era que a mi mamá le gustaba mucho escucharla se partía en carcajadas estruendosas que al oírla hacían que el espectador gozará simplemente con verle… La historia se complica.
Mi mamá, comenzó con un mal hábito. Tocaba sin discreción las partes nobles de los miembros de la familia, bueno solo de los varoncitos. Nos tocaba los huevos!!! y repetía la frase de la historia del tío Carlos. La primera vez que tu madre viene y te sorprende tocándote los huevos es un poco bochornosa, especialmente si lo hace frente a invitados!!! Pero con el tiempo se vuelve algo tan normal, que conociendo a mi mamá, entiendo que su ánimo lúdico no trae consigo ninguna maldad y estoy seguro que nunca lo hizo con la intensión de hacer sentir mal a nadie, pero el pudor de cada uno tiene distinto límites. El problema es que mi adorada madre no entiende de límites. Le tocaba los huevos a mi papá, hasta cierto punto normal… Esa parodia hacia reír a todos en las reuniones. Pero después lo hacía con mis primos, mis tíos e incluso con invitados ocasionales de las tertulias sabatinas que son costumbre en mi familia.
El colmo fue cuando… Volvemos con Keny el director!!! Resulta que mi mamá cierto día replico la broma de libra cuatro onzas con su jefe. A sabiendas que es homosexual. Al parecer en una discusión acalorada de la cual desconozco el móvil, se subió el tono de las palabras y mi madre queriendo bajar los decibeles del altercado dijo al director: Mierda erote” (así como se lee… EROTE esta es otra historia) sin más, le toco el área en cuestión- con el agravante de ser homosexual, porque todo parece indicar que por la reacción del Keny el culero, es mucho más grave realizar este acto ante un homosexual.
Creo que el hecho que una mujer a quien no se conoce y no se tiene suficiente confianza te toque los testículos ya es incómodo, pero según mi mama si sos culero es peor. Según mi madre el director salto cual gato a quien se tira una guacalada de agua!!! El susto y la reacción de Keny según ni madre jamás la vio al realizar la broma en ningún otro hombre. Aquel día mi madre dejó de hacer la broma de tocarle los huevos a medio El Salvador, quien sabe hasta donde pudo haber llegado. Ahora nunca lo sabremos.
Supongo que la indignación de Keny fue muy grande, supongo que tocarle los testículos al feje no es normal. Aunque ya pasaron unos años, la relación del director con mi madre es de suponer, no es la más feliz. Siempre hay discrepancias y según mi mama Keny le tiene miedo. Según la cristy muchas veces sus compañeras le critican diversas actitudes. Pero al día de hoy cuando le cuestionan por sus compañeras de trabajo sobre aquella particular y desvergonzada conducta…Mi madre responde con total propiedad: “¡por más mierdas que hablen putas. Soy la única que tiene los huevos para tocarle los huevos al culero del director”!
