¡Kings of the Street!

Hola… Días sin vernos, tengo un montón de post a medias que pronto puliré y subiré, sin embargo, de las cosas que te marcan en la vida, no todas pueden ser posteadas y no todas lo merecen, recientemente pasó uno de esos eventos desafortunados en los que sabes antes de que termine que debes que compartir. Kings of the Street es como mejor podemos denominar a los prestadores del transporte público, lo siguiente es mi última experiencia con estos putos amos, aunque la cereza en el pastel es amarga.

Antes de comenzar el relato quiero dedicar este post y dar gracias al angelito que amablemente me ha llevado de un lado a otro en todos estos días...es un amor.. la quiero mucho!

KINGS OF THE STREET

Al parecer octubre se está convirtiendo en mi némesis. Lo que en el presente año parecía un octubre honesto con verdaderos vientos que en su momento me alegraron tanto por recordarme esas tardes de piscuchas, terminan de forma burda con rabia e impotencia.

He sido víctima de la delincuencia que azota a mi pulgarcito, y lo que pretendía fuera un post dedicado a los kings of the Street, se empaña con un mal sabor debido a eventos propios de esta maldición personal del mes de las brujas!!!

Un poco de contexto….Todo comienza cuando el jueves de la semana inmediata anterior, dejó mal parqueado mi vehículo en la afuras del Ministerio de Economía, quiero aclarar para algunas personas a las que quiero muuucho que no iba tarde, simplemente me he parqueado muchas veces ahí y la fuerza de la costumbre hizo su efecto. Al salir de la reunión, fui a recoger a mi hermano a su trabajo, todo normal, hasta que me dice.. Y las placas!! Los eficaces policías actuaron de forma pronta y cumplida aplicándome la sanción de rigor por estacionarme es un lugar indebido y para mi mala fortuna no pude sacar el carro de mi casa por una semana aproximadamente.

A raíz de esta penuria, he vuelto a usar el colectivo. Llámenme como quieran pero a mí ya no me gusta andar en colectivo y no tengo nada en contra de ese gran gremio, antes de graduarme sostuve firmemente que si no lograba terminar mi carrera me dedicaría a ser conductor de coaster, no de bus, ni moto taxi, coaster! El motivo era simple, pareciera que siempre tienen dinero y poseen un poder de persuasión increíble para conquistar féminas, con cualquiera de esas pericias yo me daría por satisfecho. Pero el motivo de mi reciente rencor es por las múltiples miserias vividas al hacer uso del trasporte público. Lo último a continuación:

Llega el día 27 de Octubre del presente año. Abordo la coaster y me siento en un individual, eran aproximadamente las 6:30 pm. El cielo estaba oscuro, para mi sorpresa, esta vez no hay reggaetón ni bachata… Cumbia cristiana!!! En el trayecto voy observando a la gente. Esta práctica deviene porque en mucho tiempo las circunstancias me obligaban a viajar en colectivo, y en aquel momento lo disfrutaba por 3 razones. La primera y la que más placer me generaba era leer, a diferencia de muchos conocidos a quienes este acto les genera mareos, para mí era el momento perfecto, de hecho uno de los factores por lo que tenía buenas calificaciones fueron las hartas horas que los trayectos que debido al tráfico me posibilitaban leer mucho y entré más reggaeton y más bulla, mayor mi concentración permitiéndome aislarme de todo y disfrutar la lectura, el segundo detalle es que si no llevaba algo para leer en el momento, me refugiaba en la observación de todas y cada una de las pegatinas, detalles, adornos del automotor, desde la colección de colas, peluches, luces de neón, hasta el lugar donde guardan el trapeador que suele ser detrás de la puerta. Finalmente una vez acabada esta fase explorativa del vehículo, me gusta ver mucho a las personas, simplemente verlas y ver sus gestos, actitudes etc.

En esta ocasión sucedió la tercera, la entrada de la noche no brindaba la claridad para el examen explorativo respectivo, así que focalice las energías en el análisis de los demás pasajeros, aunque mi intento fue interrumpido a los pocos minutos de abordar el vehículo.

De pronto, la coaster en la que me dirigía comenzó una competencia ininterrumpida con otra unidad, es decir, una batalla entre dos automotores a los cuales sus conductores maltratan y manejan de muy mala manera, con giros en velocidades imprudentes, frenos repentinos que te pegan al asiento del frente y acelerones imprevistos, (esta competencia se conoce en la jerga del gremio como darse norte) Creo que la recompensa de éstos no es ganar más pasajeros, el aspecto económico pasa a segundo plano, esto es una competencia por el honor y orgullo de ser más rápido, las pequeñas batallas son disputadas entre la distancia de cada parada, y es alentada y vivida con plenitud por los cobradores de las respectivas unidades que alientan al conductor e intercambian insultos con su rival de turno.

No está demás mencionar que hay que agarrarse bien al asiento para no terminar con alguna contusión, creo que muchos de los hematomas nos aparen al parecer sin motivo se deben a estos viajes…. De hecho en el transcurso de este viaje estuve muy cerca de ser decapitado por la coaster con quien competíamos, el viaje era voraz. Para mí todo esto no era nada nuevo, pero justo en el momento en que mi cabeza se movió bruscamente por decreto de la fuerza G obligándome a retrotraer mi cuerpo para evitar daños, pensé en escribir este post, el motivo era evidente, estos señores son los reyes de la calle, tienen reglas propias, (entiéndase autonomía normativa y financiera), pueden evadir toda imposición del Estado y son de las pocas excepciones a la conocida frase que expone: “Solo hay dos cosas que no podemos evitar la muerte y los impuestos”. Nuestro servicio público de transporte confirma la primera, ellos son los generadores de muchas muertes, por la impericia en el manejo, la imprudencia de muchas de sus acciones, como manejar bajo el efecto del alcohol y otros estupefacientes.

La autonomía financiara se debe a que aún con la renta que obtienen, reciben subsidios y tienen la capacidad de evitar impuestos, quizás por su carisma nuestros padres de la patria condonan las multas que sistemáticamente se les impone. Además son creadores de un lenguaje propio, generadores de neologismos que robustecen el léxico salvadoreño. En reiteradas ocasiones he visto buses detenerse a chambear con el compañero del gremio y hablar minutos largos, ocasionar tráfico y seguir en su tertulia como si nada, tienen la potestad de aparcar la unidad donde quieren y el momento que lo deseen. Pero quién soy para juzgar a estos señores que trabajan como negros más de quince horas para poder vivir o simplemente sobrevivir. Este era el tema del mis post, quería ahondar en los detalles mencionados, en pulir con mayor lujo esta experiencia cultural.. Pero viene octubre y se vuelve un traidor.

Seguimos en el viaje… Cuando estaba muy cerca de mi destino, suben tres tipos con armas de fuego y dicen: Sáquense todo el dinero y celulares, cooperen si no quieren que les pasé nada! Joder!!! Comienzan a arrebatar todo lo que encuentran, un pasajero se resiste y es goleado con el arma de forma contundente, provocándole una hemorragia al instante, los gritos por todos lados. Inmediatamente sentí el frio del metal saludando a mi parietal izquierdo y la mano del sujeto en la bolsa de mi chaqueta simplemente dejé que tomara el móvil, la impotencia me invade mientras la rabia permanecía en mi mente.

Al arrebatarme la cartera digo: déjame los documentos que de nada te sirven! El ladrón amablemente toma el dinero y me tira la cartera. Una mujer grita malditos, Dios los va poner en juicio… hay otro golpe a un señor que intenta levantarse, la coaster esta vez va muy lenta, todo pasa lento cuando se tiene un arma apuntándote la sien, pero el noble corazón no deja de latir y bombea mucho más, late mucho más, te acelera tu cuerpo, quizá es el subconsciente que le dice: Corazón, corazón… hace algo que nos vamos a morir! …. Y este piensa que es el último momento y quiere dar todo lo que le queda, quiere duplicar tus fuerzas, agudiza tus sentidos.

Cuando se bajan los delincuentes, todos te miran como recién despertados de un sueño, extraños, enfurecidos, parece que la complicidad de ser víctima te vuelve solidario y se tratan de auxiliar entre todos, se atiende al herido, ya estoy en mi destino, me bajo por inercia con el corazón acelerado por varios minutos a pesar que todo ha pasado sigue corriendo, quiere llegar no sé adónde, camino muy lento, veo a todas partes, me quedo fijo viendo caras, viendo quien puede ser éste o ésta, también me va asaltar, y si me asaltan de nuevo que hago si ya no tengo nada! La rabia persiste…

Tanto el delincuente que arrebata tu propiedad, como quien atropella a un peatón son productos de un contexto maldito, de una sociedad enmohecida, cómplices de un ingrato octubre, ingrato conmigo y con las víctimas de ese viaje sádico, ingrato con todos los muertos que no debían partir aún, ingrato aún con estos señores que me amenazaron con quitarme la vida pero honorablemente me devuelven la cartera con mis documentos y quienes piensan que delinquir ha sido la única solución, o simplemente buscan lo más fácil.

Las pertenencias pasan a un segundo plano. Lo que más me dolió fue ver la sangre del pasajero del lado (odio ver sangre). Que feo es no tener el mínimo respeto por los demás, perder el tabú a todo. Te maldigo octubre, mes negro, inquisidor, pusilánime, egoísta, terco, hipócrita, sangriento, expropiador. En la historia de mi vida, sólo una persona ha recibido el calificativo de innombrable, ahora este maldito mes está rosando la línea, pórtate serio octubre!!!

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