Miserables circunstancias de nuestra vida

A continuación les dejo algo un poco melancólico, espero nadie se corte la venas luego de leer esto... están advertidos. Hay días lindos, días malos y días en los simplemente lo mejor es que terminen, esto no recuerdo cuando lo escribí pero fue definitivamente este mes. Les comparto la catarsis de un día de esos que está todo mal y piensas lo peor, las ideas te atormentan, tu compañía es la ansiedad, la angustia te mira fijo, días de depre........ los hombres también sufrimos y que lindo es sufrir para después renacer, les comparto una nota de un noche muy…muy….muy… dark, el título lo resume todo.

“Miserables circunstancias de nuestra vida”

Es tan duro tener que vivir en la incertidumbre, en el exilio del amor, en un pantano lleno de penosas interrogantes. Los demonios del cerebro te atormentan en silencio e insisten en un mundo de imágenes inciertas, no hay verdades, no hay ilusiones, no hay sueños, porque éstos son de alas cortas, limitando a tu deseo caducado en la palabra de tu mundo. Lo previsión no es tuya, no depende de ti, ni tu vida, ni tus actos, ni tu llanto, no depende de ti, no son tuyos, quizás nunca lo fueron, se te facilitaban por el canon de existir, pero el dueño de todo el cosmos era otro que esperaba a que llegaras.

A veces llegas tarde y ves como te has perdido de las líneas del tren por recorrer otros mundos ajenos, a veces lo encuentras cuando tus manos aún no han aprendido los oficios y las artes para poder seguir en el paralelo de la vida, y a veces solo a veces llegas justo y la aurora te sonríe como viento de montaña, se alegra por ti y te permite renacer pero nunca volver a vivir.

Pero cuando solo llega y no estás listo, es porque es el tiempo de las almas. Tú no pienses en el tiempo como el cronos que se extiende como arena en un frasco, el tiempo de luz es otro, es el tiempo que no existe, es el tiempo relativo, es un tiempo largo, cuya gravedad es más densa, cuya velocidad fricciona más, donde todo es más despacio y los años son segundos y las días son arenas de mar, ese tiempo es de otros seres, seres perfectos e inmaculados, cuando esto pasa, entonces el llanto es tu consuelo, cuando la melancólica tiene el aval de la soledad y se convierte en depresión, en depresión ligera, en el sutil dolor que no mata, en el sutil sufrimiento que te masturba y disfruta el desconcierto de la palabra, de la imagen sin futuro. Es vivir en una caja de colores sin matiz, donde todo alrededor es igual, te encierra en un silencio ensordecedor que se convierte en el tamiz de conmoción oscura, para que el dolor se fermente y fusione con la ira, el rencor, el desconsuelo, el suplicio, la tortura, la angustia y el tormento.

1 comentarios:

Julie Ro | 29 de septiembre de 2009, 15:47

MA, muy interesante manera de describir una de las emociones más sorprendes del ser humano... como de la angustia, nace la luz... Saludos. Julie...

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